Cercanías
La grava
negra destaca,
colchón de
traviesas desnudas,
raíles que
reposan bruñidos
de acero que
rueda y rueda.
El sonido de
una guitarra,
quebrado en
lamento sordo
de hambre
que grita en silencio,
pidiendo
moneda a cambio
de un
instante de dolor ajeno,
por esa mano
que rasga
las cuerdas
de las que penden
corazones en
el pecho encogidos
que
esconden, encerrados
en sus
propias miserias,
sentimientos
encontrados
que pugnan
por evitar
un trago no
demandado,
mirando, sin
mucho afán,
traviesas,
raíles y grava
fuera por un cristal
que devuelve
la mirada
que no
queremos encontrar.
Chirría el
freno,
sacude el
cuerpo,
y salen y
entran
almas con
otro andar,
rompiendo el
silencio mudo,
testigo de
los pesares
que lastran
las entretelas
de nuestro
ir y venir…
Madrid, 21 de octubre
de 2013 entre Getafe y Las Rozas
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