martes, 22 de octubre de 2013

Cercanías
La grava negra destaca,
colchón de traviesas desnudas,
raíles que reposan bruñidos
de acero que rueda y rueda.
 
El sonido de una guitarra,
quebrado en lamento sordo
de hambre que grita en silencio,
pidiendo moneda a cambio
de un instante de dolor ajeno,
por esa mano que rasga
las cuerdas de las que penden
corazones en el pecho encogidos
que esconden, encerrados
en sus propias miserias,
sentimientos encontrados
que pugnan por evitar
un trago no demandado,
mirando, sin mucho afán,
traviesas, raíles y grava
fuera  por un cristal
que devuelve la mirada
que no queremos encontrar.

Chirría el freno,
sacude el cuerpo,
y salen y entran
almas con otro andar,
rompiendo el silencio mudo,
testigo de los pesares
que lastran las entretelas
de nuestro ir y venir…



Madrid, 21 de octubre de 2013 entre Getafe y Las Rozas

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