viernes, 9 de septiembre de 2011

Canela


Tengo grabada en mi mente
tu piel canela asedada,
como pétalo de rosa temprana,
tus pechos amables y generosos,
capaces de ofrecer néctar de vida,
ese ombligo que anuncia
frutos aún más jugosos,
como la pulpa de maracuyá,
o una dulce curuba escondida
que aspira a ser relamida,
antes de llegar a tus piernas
de ágata tornasolada,
columnas de Hércules
que señalan el límite
de un mundo por conocer,
que invitas a recorrer
con tus ligeros pies.
En fin, mórbida mujer
de ojos de miel y azabache
de profunda y sugerente mirada,
de boca de fresa temprana
de besos almibarados,
vientre feraz a sembrar,
dulce veneno fugaz
que en mi vida se ha asentado,
eres siempre bienvenida
para dar algo de vida
a mi agotado ser