sábado, 23 de julio de 2011

En la arena


Me desperté en la arena
de la playa…¡qué importa!
¿Se encuentra mal?
–preguntó un municipal–

Me han truncado el vuelo,
esta misma madrugada…
¡Ya! –se alejó pensativo…
Mal viaje, este palomo… –debió pensar.

Empezó en una escapada,
de la realidad y del agobio
(Madrid puede ser cansino)

Habíamos coqueteado, palabras,
guiños y miradas que nada callan,
¿nos escapamos?

Vino a verme esa noche,
con besos jugosos y frescos,
que tornaron en aire de verano
nuestros alientos.

Me ofreció sus pechos
tersos de pálida piel,
cosidos con botones de fresa,
con los que jugué.

En el ardor de esa noche,
busqué su hondura mojada,
para hundir mi sentimiento…
y quedarme sin aliento.

¡Para! –me dijo asustada–
…que tengo novio… – avergonzada–,
y salí de allí y de su vida,
en la misma madrugada.

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